Los campamentos MasterChef son sinónimo de magia, transformación personal y emoción. Esta emoción está íntimamente relacionada con la memoria, con el recuerdo.
Fue Eric R. Kandel, premio nobel en el año 2000 y especialista en neurociencia, quien explicó el por qué algunos recuerdos perduran en nuestra memoria como si fuera ayer, mientras que otros se pierden en el olvido. La emoción activa las conexiones neuronales, fijando perpetuamente los recuerdos en nuestra memoria, lo que hace que recordemos de manera tan fiel dichos acontecimientos.
Es por ello que, en campamentos MasterChef, creamos una experiencia mágica que se recuerda toda la vida. Aquellos despertares llenos de música, aquel abrazo colectivo con tus compañeros, aquella victoria celebrada entre gritos… O la visita de tu concursante de MasterChef favorito. Son esos los momentos ‘’wow’’ que activan la sinapsis neuronal y se anclarán en el recuerdo para siempre.
Aquí os enseñamos cómo fue la visita de Luismi, concursante de la 10ª edición de MasterChef, a uno de nuestros campamentos.
¿A qué saben los recuerdos? Las mañanas parecen saber a pan tostado, las tardes de verano a fruta, y los días fríos a chocolate caliente. Esto es la memoria gustativa; cuando saboreamos, se activan aquellas regiones encargadas de recibir información y plasmarla en la memoria a largo plazo. Conocer el poder de la cocina en el recuerdo es esencial para nuestros pequeños chefs, ¡así que aquí va una receta de las de toda la vida!: Torrijas